DOCUMENTAL - El transbordador espacial

El programa de los transbordadores inició su andadura en 1981 con el lanzamiento del Columbia, al que siguieron el Challenger (1983), el Discovery (1984), el Atlantis (1985) y el Endeavour (1992), que se convirtieron en la bandera de la exploración espacial de EE.UU.

El Challenger y el Columbia sufrieron sendos accidentes -el primero explotó 73 segundos después de despegar en enero de 1986 y el Columbia se desintegró en febrero de 2003 cuando reingresaba en la atmósfera-, lo que hizo que la opinión pública se vinculara aún más con el programa.

Despegue del Transbordador:


Visión unica del despegue y desacoplamiento de los cohetes propulsores del Atlantis en su última misión:
Como el video es muy largo os dejo los minutos en que es más interesante: 2:15 , 4:35 , 6:55 , 11:15 , 15:50 , 18:05 , 20:20 , 23:00 , 27:40-30:40, y 31:50.





DOCUMENTAL SOBRE EL TRANSBORDADOR ESPACIAL

 
Password video: universodocumental.com.ar


TRAGEDIAS CON LOS TRANSBORDADORES

La última misión del Columbia se designó como STS-107, y tuvo lugar entre el 16 de enero de 2003 y el 1 de febrero de 2003.

En el momento del despegue, el orbitador recibió un impacto en la parte inferior del ala izquierda, provocado por el desprendimiento de un trozo de espuma de poliuretano, aislante del tanque externo.

El impacto ocurrió entre los 81-82 segundos después del lanzamiento. Según los estudios de la NASA, el fragmento tenía un tamaño de 50 x 40 x 15 centímetros, y un peso de aproximadamente 1 kg, y pudo haber golpeado el ala a unos 805 km/h; la fuerza del impacto se calculó en casi una tonelada. El golpe producido en forma tangencial perforó un par de paneles detrás del borde de ataque, cerca del pozo del tren de aterrizaje. El accidente no fue percibido por los tripulantes ni tampoco durante la misión. Control de misiones, al parecer, estuvo al tanto del desprendimiento del resto, pero desestimó el alcance del evento.

El problema se materializó durante el reingreso a la atmósfera terrestre.

Debido al impacto de este fragmento se desprendieron losetas de protección térmica cerca del tren de aterrizaje; de esta manera entró el calor abrasivo del plasma que se forma durante la reentrada a la atmósfera, ocasionando la destrucción por fusión de la estructura interna del ala izquierda, lo suficientemente grande como para producir una desestabilización y desprendimiento.

Durante el reingreso, los sensores térmicos detectaron un aumento inusual de temperatura en la región del impacto. Durante el reingreso debido al calor, el ala finalmente se desprendió, ocasionando que el transbordador girara violentamente sobre sí mismo, deshaciéndose estructuralmente.

A las 07:59:32 hora central de Estados Unidos se perdió la comunicación con el Columbia; pocos minutos después los informativos del mundo empezaron a transmitir imágenes del transbordador desintegrándose en el aire, con lo cual se daba parte de la pérdida del Transbordador (valorado en unos 2.000 millones de euros, año 2003), y el fallecimiento de sus siete astronautas.

El Challenger se destruyó a los 73 s del lanzamiento de la misión STS-51-L, la décima misión del orbitador, el 28 de enero de 1986, cuando una Junta tórica de su cohete impulsor (SRB) derecho falló en su función de estanqueidad. En el momento del despegue, el impulsor derecho deja escapar un humo negro nueve veces en un periódo de 2,5 s y se detiene cuando la nave se impulsa. Al momento de la ignición el transbordador cabecea 1 m de lado a lado antes de impulsarse, con cada cabeceo escapa el humo negro. El combustible para cohetes estaba enriquecido con viruta de aluminio que le proporcionaba un mayor poder de empuje, probablemente la escoria de aluminio selló momentáneamente la fisura de la junta retrasando la catástrofe.

Las juntas fallaron debido principalmente a la sobrecompresión repetida durante el montaje y que las bajas temperaturas agravaron aún más. Esta anomalía fue advertida por los ingenieros de Morton Thiokol, los fabricantes de las partes del impulsor, se advirtió a la NASA, pero por presión de la misma NASA los ingenieros de Morton Thiokol cedieron y autorizaron el despegue.

A los 58 s, el transbordador pasó a momento Q (inestabilidad) cuando cruzó por una fuerte corriente de viento, esto abrió nuevamente la junta. Esto hizo que una columna de fuego se escapase del SRB y quemase el tanque de combustible externo (ET). El hidrógeno líquido del tanque externo derramado comenzó a arder, cortando las abrazaderas que mantenían al SRB. El SRB se balanceó y golpeó el ala derecha del Challenger. Esto causó que el montaje completo virase bruscamente y el Transbordador quedó expuesto a fuerzas aerodinámicas incontroladas.

El transbordador entonces se vio envuelto en una gigantesca bola de fuego a los 73 s del despegue, desintegrándose casi en su totalidad, emergiendo la cabina intacta de la conflagración.

Los 7 tripulantes fallecieron al impactar la cabina de la nave contra el océano, tras una larga caída de casi tres minutos. Las circunstancias finales de su muerte se desconocen, la comision investigadora del accidente determinó como ¨poco probable¨, el hecho de que alguno de ellos estuviese consciente al momento del impacto, aunque posteriormente salieron a la luz pública evidencias de que al menos cuatro de los miembros de la tripulación pudieron activar sus sistemas auxiliares de suministro de oxígeno, y que intentaron socorrerse mutuamente.



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