Umeji Narisawa es probablemente la videojugadora más vieja del mundo. Esta japonesa, de casi un siglo de vida, diariamente se sienta a jugar Bomberman en su Famicom ante la atenta mirada de sus nietos, bisnietos y familiares que han sido testigos de cómo Narisawa supera los 50 niveles que componen el juego.
Pero Narisawa no es una videojugadora "ocasional". Su amor por el emblemático Bomberman nació hace 26 años cuando vio a sus nietos jugar este título en Famicom. La señora consideró que era una actividad divertida y fácil de aprender y así fue como, a sus 63 años, Narisawa incursionó en el mundo de los videojuegos.
Lejos de ser una actividad perjudicial, jugar Bomberman diariamente le ha servido a Narisawa para mantener su cerebro en actividad y conservar la movilidad en sus manos. Prueba de ello es que, con 99 años, todavía es capaz de enhebrar un hilo entre el orificio de una aguja sin mayores complicaciones.
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